Mi experiencia en monedas sociales comenzó en 2010, año en el que intenté promover una iniciativa C3 (Complementary Currency Circuit). C3 es una solución para los problemas de capital circulante de las PYMES. El proyecto lo presenté sin éxito a las Cámaras de Comercio valencianas, al Consejo Superior de Cámaras de Comercio y a la Confederación Empresarial Valenciana.
No era el momento (y tampoco se si ha llegado).
Paralelamente promoví un Banco de Tiempo combinado con un sistema de intercambio local. En esta ocasión, la idea arraigo bien en una Red que ya existía (Sostenible y Creativa), pero mi propuesta de un sistema informático para automatizar los cobros y pagos fue rechazado.
En 2012 propuse un proyecto de moneda social a la Fundación Globalis (Vila-real, Castellón). La idea gustó y desde entonces ha ido siendo construida poco a poco. Recientemente ha recibido el Premio Nacional a la Mejor Idea de Innovación Social
Simultáneamente, en Valencia fui uno de los promotores del Orué, la moneda social del barrio de Russafa.
No era el momento (y tampoco se si ha llegado).
Paralelamente promoví un Banco de Tiempo combinado con un sistema de intercambio local. En esta ocasión, la idea arraigo bien en una Red que ya existía (Sostenible y Creativa), pero mi propuesta de un sistema informático para automatizar los cobros y pagos fue rechazado.
En 2012 propuse un proyecto de moneda social a la Fundación Globalis (Vila-real, Castellón). La idea gustó y desde entonces ha ido siendo construida poco a poco. Recientemente ha recibido el Premio Nacional a la Mejor Idea de Innovación Social
Simultáneamente, en Valencia fui uno de los promotores del Orué, la moneda social del barrio de Russafa.
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